En el mundo digitalizado actual, el software se ha convertido en el núcleo de la mayoría de las operaciones empresariales. Desde la gestión de datos hasta la interacción con los clientes, la eficiencia del software desempeña un papel crucial en el éxito de cualquier organización.
En un momento en que las infraestructuras tecnológicas crecen exponencialmente, el impacto de las ineficiencias en el software se multiplica a un ritmo alarmante. Las consecuencias son visibles:
- caídas en el servicio,
- tiempos prolongados de reparación y
- una experiencia de usuario que sufre las consecuencias.
¿Y cómo afrontan las empresas este desafío? A menudo, optan por aumentar las prestaciones de sus infraestructuras, pero a qué coste. De hecho, aproximadamente el 50% del software que se renueva cada año se desarrolla de manera poco eficiente, lo que termina repercutiendo en el consumo de recursos y, en última instancia, en la satisfacción del cliente.
Sucede que, en el ámbito del desarrollo de software, la eficiencia y el rendimiento son a menudo desplazados por otros objetivos, como son la mantenibilidad y la fiabilidad. Es decir, que no se produzcan incidencias y que, si hay que realizar cambios en el software, sea lo más sencillo y rápido posible realizar futuras modificaciones. Sin embargo, esta falta de atención al rendimiento y la eficiencia provoca que se produzcan las ineficiencias en el código software, ya que, ni en etapas tempranas del diseño, ni en su programación, se analiza cuál va a ser el uso real por parte de los usuarios y cómo un nuevo componente software puede afectar al resto de aplicaciones.
¿Se pueden evitar las ineficiencias en el software?
La respuesta es sí, pero la raíz del problema radica en la ausencia de pruebas de rendimiento realistas, ya que se tendría que disponer de una réplica de los entornos productivos, para simular el volumen, la carga y la casuística de producción, lo cual implicaría duplicar los costes de IT. En su lugar, algunas organizaciones se enfocan en evaluar la calidad estática del código, pero, según nuestra experiencia, esto solo detecta entre un 15-20% de las ineficiencias y no proporciona información sobre su impacto en los costes o en el servicio.
En contraste, fruto de nuestro sólido conocimiento y experiencia, en Orizon tenemos capacidad de evaluar numerosas alternativas válidas para abordar situaciones específicas y proponer la solución óptima. Implementamos cambios sencillos pero muy efectivos que generan un impacto significativo.
La combinación de la falta de pruebas de rendimiento y los criterios de desarrollo del software resulta en aplicaciones con miles de ineficiencias. Esto implica pagar un sobrecoste por la infraestructura IT y asumir una degradación en el tiempo de respuesta. No obstante, es cierto que, aunque existan multitud de ineficiencias en el código, muchas de ellas no tienen un impacto, ya que su consumo o duración es mínimo. Además, nuestra capacidad para identificar de forma automática y diaria los elementos que están influyendo en tus costes o en la calidad del servicio, nos permite actuar de manera muy eficiente.
¿Cómo puedes detectar las ineficiencias que verdaderamente impactan en tu instalación de IT?
Identificar las ineficiencias que impactan es un desafío, debido a la complejidad de los sistemas y al enfoque extendido de los departamentos de operación en mantener una alta disponibilidad y reducir los tiempos de recuperación (MTTR). El rendimiento ha pasado a un segundo plano, por lo que nadie monitoriza si hay incrementos de tiempo o consumo asociados a ineficiencias en el código. Y a ello hay que añadir que el código software está en continuo cambio, con una rotación media entre un 25-50%, dependiendo del tipo de empresa y tecnología.
En Orizon nuestra preocupación principal es el rendimiento y nos dedicamos precisamente a detectar y abordar estas ineficiencias. No solo identificamos las ineficiencias existentes en el código (llamadas «Deuda técnica»), y únicamente aquellas que realmente tienen un impacto en la instalación, ya sea en términos de coste o servicio, sino que también monitorizamos las nuevas ineficiencias que surgen debido a los cambios continuos en el software, monitorizando cada componente tras su puesta en producción (lo que se denomina una evaluación dinámica del software).
Ir más allá de la detección
Pero no basta con detectar las ineficiencias, es fundamental identificar el origen del problema, realizar un triaje y un análisis detallado, y proponer soluciones concretas y claras a nivel de línea de código. Esto permitirá al equipo de desarrollo aplicar las correcciones de manera rápida y sin impactar en las prioridades de negocio.
Velar por las ineficiencias en el software tiene un ROI claro. Puede reducir los costes de infraestructura IT hasta un 35% y mejorar entre un 25 y un 40% los tiempos de respuesta.
En un mundo tecnológico en constante evolución, identificar y abordar estas ineficiencias no solo es esencial para mejorar la eficiencia y el ROI empresarial, sino que también se ha vuelto cada vez más desafiante, en un entorno de desarrollo de software complejo y fragmentado. En los próximos años, con la aparición de tecnologías como la inteligencia artificial, Chat GPT o el Low Code, esta preocupación irá en aumento, a menos que las empresas tomen medidas proactivas para gestionar y optimizar su software de manera eficiente.
¿Estás listo para optimizar tu software y aumentar tu ROI empresarial?